LAS NUPCIAS DE DIOS Y DE LA BESTIA
En un sentido prometeico, el hombre es Dios; pero en un sentido aún más
profundo, el hombre es una bestia (Boyd Rice).
Existen en todo hombre, y a
todas horas, dos postulaciones simultáneas: una hacia Dios y otra
hacia Satán. La invocación a Dios, o espiritualidad, es el deseo de
ascender de grado; la de Satán, o animalidad, es el gozo de
rebajarse (Charles Baudelaire).
Para William Blake
la tradicional concepción dicotómica del ser humano -mente y
cuerpo, razón e instinto, virtud y vicio- lleva consigo el estigma
de su origen religioso. Blake llama “religión” al cuerpo
institucional que instaura y regula en cada sociedad una moral de
basamento metafísico. La religión siempre se apoya en dogmas y
prohibiciones (lo “general” en Kierkegaard), y precisa de un
sacerdocio que vele por el orden social.
Blake propone una
nueva dicotomía: razón/energía. Se trata de una pareja de
contrarios que expresa en realidad una concepción unitaria de la
condición humana. La razón no es más que el perímetro de la
energía, su mismo límite. No se da, pues, ningún tipo de
confrontación entre parcelas ontológicas distintas. La tensión que
nos permite existir no es ningún subproducto ni derivado; es tan
intrínseca, tan esencial y originaria, que Blake llega a
identificarla con la misma vida.
Reconciliar a Razón
con Energía es lo que pretenden la Ley y la Religión. Lo que
finalmente consiguen, no obstante, es erigir prisiones y burdeles.
Blake visitó la
imprenta del infierno y estudió su método. Gracias a esta
experiencia pudo purificar su percepción y salir de la caverna de
sus cinco sentidos. Se dio cuenta entonces de que Cristo no vino a
unir al Prolífico y al Devorador (esto es, a reconciliar a Energía con Razón), sino a separarlos.
Algunos Proverbios del
infierno son auténticos cantos al Goce Eterno (la Energía y el
Deseo humillados por el Mesías de Milton):
Aquel que desea pero
no obra, engendra pestilencia.
La Prudencia es una
rica, fea solterona cortejada por la Incapacidad.
La Eternidad está
enamorada de los frutos del tiempo.
El orgullo del pavo
real es la gloria de Dios.
La lujuria del macho
cabrio es la gracia de Dios.
La cólera del León
es la sabiduría de Dios.
La desnudez de la
mujer es la obra de Dios.
El camino del exceso
conduce al palacio de la sabiduría.
Exuberancia es
Belleza.
Antes asesinar a un
niño en su cuna que alimentar deseos irrealizables.